Cómo leer las etiquetas de los productos
En otros artículos hemos comentando la importancia de seguir una alimentación saludable. También explicamos cómo entender la pirámide de la alimentación y en qué proporción deberíamos consumir cada tipo de alimento. Si os fijáis, hasta éste momento nos hemos basado en alimentos naturales, que son aquellos que se encuentran en la naturaleza tal cual como los consumimos. Por ejemplo: la fruta, la verdura, los huevos, la carne, el pescado, los cereales, la leche, etc. El 90% de nuestra alimentación debería basarse en alimentos naturales.
Pero es cierto que en nuestra sociedad consumimos muchos productos que no se encuentran en la naturaleza sino que la industria los ha modificado para poder ser consumidos. Estos productos no se llaman “alimentos” sino “productos alimentarios” o “alimentos procesados”. Algunos ejemplos serian: el pan, la pasta, los cereales de desayuno, las hamburguesas o salchichas, los yogures…
Lo primero que os debe venir a la cabeza cuando os digo esto es: “Vale Marta, pero entonces, ¿no puedo comer nunca estos productos?”. Y mi respuesta es ¡Claro que sí! Pero tenemos que saber elegir.
Muchas veces pensamos que la elección de los productos que ponemos en nuestra cesta de la compra es correcta y saludable, ya que relacionamos el término “saludable” con “light”, “bajo en calorías”, “rico en fibra”, “bajo en sal”… ¡Error! Tenéis que saber que la industria intenta llamar nuestra atención a través de los envases de productos que encontramos en el supermercado, pero tenemos que ser críticos y saber descifrar si toda esa información es cierta.
En este artículo, voy a enseñaros cómo leer las etiquetas de los productos que encontramos en los supermercados para decidir si el producto que tenemos delante es saludable o no lo es.
Lo más importante es aprender a LEER EL LISTADO DE INGREDIENTES. Imprescindible antes de que nuestros ojos se dirijan directamente al total de calorías. Las calorías no nos informan de si un alimento es saludable o no, ya que existen alimentos muy calóricos y a la vez muy saludables, como el aguacate, los frutos secos o el aceite de oliva. Lo más importante es saber cómo ha sido elaborado ese producto. Si los ingredientes están bien, la tabla nutricional también lo estará, ¡y no será necesario leerla!
Hay dos cosas muy importantes a tener en cuenta cuando leáis el listado de ingredientes:
- La primera premisa es que el listado de ingredientes está en orden de más a menos cantidad dentro del producto. Eso nos da mucha información. Por ejemplo: si miramos la lista de ingredientes del Cola Cao, veremos que el primero es “azúcar”. Eso quiere decir que contiene más azúcar que cacao.
- La segunda es que cuantos menos ingredientes, mejor. Eso quiere decir que el producto es “más natural” o “menos procesado”. Si supera los 5 ingredientes, se considera un producto “ultraprocesado”.
Tenemos que pensar cuál es la forma más primitiva de elaborar ese producto, e intentar encontrar una opción en el supermercado que se adapte a eso. Por ejemplo: un yogur natural blanco, a pesar de estar procesado por la industria, solamente contiene leche y fermentos lácticos. ¡Genial! Sin estos ingredientes, sería imposible elaborar yogur. Por lo tanto, queda aceptado. Es un “buen procesado”. Otro ejemplo, ¿cuáles son los ingredientes imprescindibles para elaborar pan? Harina integral (del cereal que sea – centeno, trigo, avena, espelta…), agua, sal y levadura. Si encontramos un pan con este listado de ingredientes, estaremos delante de otro “buen procesado”.
Ahora solamente queda encontrar todos esos productos y, ¡a comer saludable!